jueves, 4 de agosto de 2011

Indignante


Cito una noticia extraída del diario La Provincia: “El primer banco de Europa, el británico HSBC, anuncia el recorte de 30 mil empleos en todo el mundo pese a haber registrado un aumento del 36,3% de sus beneficios semestrales, muy por encima de lo esperado por el mercado. En un comunicado, el HSBC informó de que su beneficio neto se incrementó en el primer semestre del año hasta 9.215 millones de dólares, frente a los 6.763 millones obtenidos en el mismo período del año anterior. El consejero delegado, Stuart Gulliver, señaló que, para reducir costes y aumentar la competitividad, se reducirán 30 mil puestos de trabajo de aquí a 2013. Además, se cerrarán operaciones en unos 20 países, como parte de los planes para ahorrar entre 2.500 y 3.500 millones de dólares.”
¿Qué podemos nosotros, ciudadanos de a pie, responder a esto? ¿Qué podemos hacer si nuestros reivindicativos gritos de desesperación quedan acolchados para estos grandes de los negocios en los millones de dólares que acumulan en sus cuentas suizas?
Indignante. Indignante que algunos se estén haciendo de oro con la crisis en detrimento de la vida de miles de familias que caen en la pobreza. Indignante es que no se den cuenta que la gente de la calle no vivimos del aire. Indignante es que no nos dejen gritar a pleno pulmón en la plaza de Sol, y a los cuatro vientos si nos da la gana, que estamos hartos de esta situación de la que somos víctimas. Indignante es que se utilice la porra frente a manifestantes con las manos alzadas. Indignante es que los malditos políticos no sean capaces de bajarse el sueldo cuando todos lo hacemos. Indignante es que solo necesiten trabajar unos años para cobrar la pensión máxima.
Indignante.
Soy una chica de 21 años. Llevo 4 años sacándome la carrera y el año que viene espero ser licenciada. Trabajo como becaria los veranos. No soy ninguna estúpida. Indignante es que mire hacia mi futuro y solo vea incertidumbre. Saber que me espera una beca por la que cobrar 600 euros y trabajar como una bestia para los próximos años de mi vida es indignante. Indignante es que me intenten embaucar para trabajos que debería aceptar de forma desinteresada. Indignante es que me lo ofrezca una persona que cobra dinero público.
Porque impresentables como el tal Stuart Gulliver, del HSBC, hay demasiados en el mundo.

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