jueves, 15 de septiembre de 2011

Penúltima reflexión

Penúltimo día en UD Radio. Penúltima editorial. Penúltima vez que podrán escuchar a esta hora de la mañana la banda sonora de “La vida es bella”, una de mis películas favoritas. Penúltima vez que tendrán que soportar mis inquietantes pensamientos sobre el mundo. Pero en mis dos últimos momentos de gloria editorial amarilla no quiero dejarles con un sabor agridulce en los oídos y la conciencia. Prefiero que se queden con dos reflexiones que considero de extrema importancia antes de finiquitar mi relación con este pequeño espacio que Jonás, muy amablemente, me permite.
La Teoría del Todo durará tanto como Y mucho más. No se librarán de mí con tanta facilidad. La curiosidad por la ciencia significa curiosidad por el mundo. Y, como alguna vez he dicho, quien no tiene curiosidad por el mundo enfermo está. Aunque estamos de acuerdo en que la sección de ciencia ha llegado mucho más allá de los confines del planeta. La materia oscura y la antimateria, por ejemplo, nos llevó a abstraernos a nivel espacial. También hemos investigado sobre lo microscópico. Ya saben que la microbiología me llama poderosamente la atención. De las algas tóxicas al origen de la vida.
He disfrutado como una enana llevando el espacio de ciencia. Espero haberlo hecho de manera que ustedes también queden con grata sensación.
Mi pretensión hoy, la primera de mis últimas reflexiones, es movilizar conciencias escasas de sueños. El mío es poder contribuir con mi granito de arena a que la ciencia llegue al público general, que la curiosidad científica sea parte de la cultura. ¿Cuál es el suyo? Tenga un sueño. Luche por él. Ya sea hacerse carpintero, aprender inglés para vivir en Los Ángeles o criar cabras para hacer queso en una casa de campo. Todos debemos alimentar nuestras ilusiones e intentar ser felices con lo que hacemos.
Ténganlo presente: uno muere sólo cuando deja de vivir la vida. Y la vida, señoras y señores, es muy bella como para dejarla pasar.

martes, 13 de septiembre de 2011

Made in China

China. Motor del mundo. Económica y demográficamente. Que no democráticamente, claro. Cualquier bolsa termina al alza si el gran asiático se convence de que debe invertir en su país. La banca de un mundo en crisis. Europa ya no existe sin China. Ni siquiera la primera potencia mundial (o la que, hasta hace bien poco, lo era) se libra de su influencia. Esta fábrica del mundo, este rico sótano de Occidente, da mano de obra barata sin mirar a quién. ¿Qué dirigente podría poner los puntos sobre las íes hoy a China? Quién pudiera hablar abiertamente sobre el gran asiático. Quién pudiera librarse de su influencia.
Meter a un Premio Nobel de la paz entre rejas sólo por decir puras verdades no resulta del todo democrático. Pero China saca pecho. Y a quien no le guste que se compre un dulce. Esta es mi política, y con mis ciudadanos hago lo que me da la gana. Si algo le parece mal, si de verdad se atreve a meterse conmigo, ya puede olvidarse de la inversión.
Qué cosas. Varias guerras de este nuevo siglo se han librado en nombre de la democracia. Pero China es intocable. Si tienes dinero y mano de obra reciclable puedes darte el lujo de cualquier extravagancia. Torturas, salarios peor que a becarios, cárceles repletas de pensadores e inocentes,… Todo se le permite a China. Más aún, Occidente lo necesita. Necesita trabajadores sin seguridad y con salarios tan bajos que conceda el privilegio que comprar un gran volumen de productos a precios de risa. A mí sí que me da la risa cuando los grandes dirigentes, sobre todo de esos países de la libertad, sobre todo aquellos que también son Nobel de la paz sin hacer ni el huevo, meten artillería pesada en otros, o lo promueven, en nombre del poder del pueblo. De tanto utilizar su nombre en vano, a la pobre democracia ya no le queda significado alguno.
Mejor llamar a China por su nombre: dictadura. Un día vivimos la primavera árabe, luego vino la spanish revolution. Quizá algún día, a los chinos les dé también por decidir sobre su propio futuro. Y entonces, si se juntan todos, la libertad no tendrá otra opción que abrir sus puertas a un mundo asiático que la reclama.

lunes, 12 de septiembre de 2011

¿Ley de vida?

Hay cosas que son tan antiguas como la vida misma. El amor, la guerra, la desesperación, el placer. Existen dichos que surgieron casi a la vez. Y prejuicios, muuuchos prejuicios. Desde que el hombre es hombre el recuerdo de un ayer supremo y un angustioso presente, distorsiones de viejos, persigue a las generaciones venideras. Mi padre en sus años mozos ya escuchaba que los jóvenes no tenían respeto, que eran una panda de desvencijados, que no sentían vergüenza por nada. Preguntábanse también por esos grupos de melenudos que escuchaban los jovencitos. Los Beatles fueron muy criticados, aunque muchos ya no lo recuerden. Ahora, convertidos en mito,  nadie los critica. La juventud de entonces tuvo que soportar la actitud prejuiciosa de los veteranos. Ahora nosotros, los jóvenes de hoy, tenemos que aguantar las mismas estupideces. ¿Es ley de vida?
Ayer escuchaba una tertulia en la que los veinteañeros salíamos bastante mal parados. Por lo visto no tratamos con respeto a nadie, sólo pensamos en nosotros mismos y nos importa bien poco nuestro futuro. Todos llevamos piercing y tatuajes, nos drogamos y no buscamos trabajo. Todos estamos en bandas callejeras, portamos navajas en el bolsillo y vamos con minifalda y escote a clase. La generación ni-ni contagia a cualquiera que haya nacido después del 85. Según estos contertulios, claro está. Porque mi visión de la generación a la que pertenezco es bien distinta.
Somos la generación con más títulos universitarios de la historia de España, somos la generación que supo mezclar las nuevas tecnologías con la bicicleta y el teje en la niñez, somos aquellos que despertamos conciencias dormidas en las revoluciones de este año, somos los que peor lo estamos pasando con la crisis, los que nos partimos el alma trabajando en verano por una miseria después de estar todo un curso estudiando y aprobando asignatura tras asignatura.
Porque no todos andamos drogándonos por las esquinas. Porque imbéciles los hay en todas las generaciones. Porque, aunque sin vivir guerras, sin vivir dictaduras, somos jóvenes que luchamos a contracorriente por nuestro incierto futuro en este sistema. Porque, aunque a muchos les cueste admitirlo, somos una generación fuerte. Como, sin duda, lo son todas las generaciones.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Pobre Complutense


Que si los ricos. Que si los pobres. Que si los funcionarios. Alguien debe limpiar los platos rotos. Y no sé cómo lo verán ustedes, pero bajo mi punto de vista siempre pagamos los mismos. Siguiendo la filosofía de Manolo Vieira, somos los primos.  ¿Qué se apuestan a que finalmente no se ponen de acuerdo en que los ricos paguen lo que debieran? De hecho, hace unos meses Botín tuvo algún que otro problemilla fiscal. Yo, hasta hoy, no he visto que nadie lo haya metido entre rejas. Con lo que estafó, madre mía. Ahora, deje usted de pagar 20 euros a hacienda, a ver si se lo reclaman o no.
Lo dicho, los ricos pueden salirse finalmente con la suya. Algunos dicen que no se les debe cobrar más impuestos para que creen empleo. ¿Y qué pasa con aquellos que tienen pelas y se las dejan bien guardaditas en el bolsillo? Mejor, digo yo, sería subírselos a todas las grandes fortunas y, si resulta que les da por ser emprendedores y crear empleo, se les baje. Quizá de esta forma saliéramos todos ganando.
Esta mañana escuché a un señor diciendo que nos estábamos peleando por un impuesto a ricos que supone un mínimo porcentaje de todo el peso fiscal. Sin embargo, puede ser que nos importe tanto por simple justicia. A usted, a mí y a casi todo hijo de vecino nos bajan presupuesto en educación, en sanidad, en servicios básicos por los que nuestros padres llevan pagando impuestos toda la vida. Pero hasta donde sé, ni un solo político ha hablado aún de bajarse los sueldazos, como funcionarios que son. Electos, pero funcionarios. Ni uno solo ha mencionado los pocos años que deben trabajar para una pensión máxima. Ni uno solo con un mínimo de decencia. Ni uno solo recuerda que la política es por y para los ciudadanos.  
Mientras, sus hijos empiezan el cole y yo mi último curso de carrera. Con unas instalaciones que dan pena, la Complutense sigue empobrecida, como la mayoría de centros públicos. Que alguien se lo recuerde a políticos que llevan día a día a sus hijos a centros privados, pagando con salarios sacados de mi bolsillo, y el suyo.

martes, 6 de septiembre de 2011

Tasas y gastos de gestión

Muchos se preparan ya. Libros nuevos, carpetas, libretas, bolígrafos. Yo jamás he podido evitar la tentación de oler las páginas de una obra acabadita de comprar. Algunos se ríen de mí, pero sé que en el fondo ellos también lo hacen cuando nadie los ve. Siento ser pesadita con septiembre. Sé que no es grato de recordar la vuelta a la rutina, pero debemos tomarla de una manera distinta. Es el comienzo de un nuevo período, y hay que comenzar con ganas. Nuevos proyectos, nuevas asignaturas, nuevos compañeros. Los cambios siempre dan una nueva oportunidad.
A mí también me toca. A principios de octubre, vale, pero me toca. Y desde hoy me planteo cada preparativo. El primero, claro está, la matrícula. El segundo, el billete a Madrid. Y sobre este tema me gustaría hablar hoy. Qué alegría al entrar en la página de vuelos baratos. Por  18 euros dicen llevarme a la capital. Genial. Meto mis datos y elijo la forma de pago. Siguen apareciendo esos 18 euros. Antes de aceptar la compra final, reviso los datos. Y qué sorpresa la mía cuando el precio ha subido de 18… ¡a 42! Algún error, pensé. No me han aplicado el descuento de residente. Seguro. ¡Pero si he comprado en esta página un millón de veces! Después de varios intentos me decido a preguntar en atención al cliente, donde me confirman lo que no quiero oír. Esos 24 euros de más se deben a tasas y gastos de gestión.
Es decir, el billete en sí, el vuelo, es en lo que menos te gastas. Si no recuerdo mal, esa indispensable subida del precio jamás había sobrepasado los 10 euros. Ahora 24. Muy bien. Si en realidad la culpa no es de las compañías aéreas, sino de la legalidad vigente que les permite esa desorbitada cantidad por gastos de gestión. Así como, claro está, les permite no poner desde el principio el precio final, lo cual, creo yo, sería lo suyo.
Ensimismada en mi cabreo aéreo, entro en la guagua. Después de fracasar en la ardua tarea de que el chófer responda a mis buenos días, procedo a pagar. 10 céntimos más que el día anterior, por cierto. Hoy no es mi día. Los sueldos no suben, pero todo lo demás sí. ¿Cómo no indignarse? Que viva el transporte público en estas islas…

lunes, 5 de septiembre de 2011

Lunes

Lunes. Septiembre. Vuelta al cole. En mi caso a la radio. Las contracturas me permiten de nuevo disfrutar de este trabajo. Dicen que hay dos cuestas en el año: la de enero y la de septiembre. Vamos con la segunda. Y se plantea difícil, porque resulta que vamos a volver a la recesión. ¿Pueden creerlo? Después de que la mitad de las sociedades se hayan visto con una sanidad y una educación públicas con menos presupuesto, un aumento de los impuestos, flexibilidad para el despido… En definitiva, después de los quebraderos de cabeza que los últimos años nos produce la clase dominante (política y financiera), la economía sigue sin levantar cabeza. Entonces, ¿qué demonios pretenden? Que dejemos nuestros trabajos y nuestro dinero en la banca y los políticos, que elijamos por voluntad propia morir de hambre en pos de unos cuantos que necesitan beneficios. Sigo las palabras de Rosana: “Siempre hubo gente con clase y clases de gente.”
Lunes. Septiembre. Vuelta al cole. Pero no para mí, que aún sigo con ustedes. Nos levantamos todos con el dulce recuerdo de ayer, domingo, fin de semana, las 11 y aún en la cama. Pero ayer el sabor fue agridulce. Nos enteramos de que la CIA y el MI6 colaboraron con Gadafi. Mira por donde, ¿no defendían la democracia cuando pusieron al Consejo de Seguridad de la ONU a las puertas de Libia? Qué cosas…
Lunes. Septiembre. Vuelta al cole. Los republicanos estadounidenses quieren subir los impuestos a los pobres y bajárselos a los ricos. El mundo está al revés. Bush divulga sus memorias como un héroe retirado, con la conciencia tranquila por haber hecho las cosas como debía, por defender su país. ¿Cómo puede dormir este hombre por las noches? ¿Invadió Irak en nombre de la democracia? Entonces ¿por qué colaboró la CIA con Gadafi?
Dejémonos de preguntas sin respuesta. Es lunes. Y septiembre. Volvemos al cole, al trabajo o a lo que toque. Subimos una cuesta, pero no sabemos dónde está la cima. Ánimo, we can.

martes, 30 de agosto de 2011

Recuerdos de adolescencia

Ayer tuve la necesidad de pasar por el que durante mi infancia y adolescencia consideré mi pueblo. Tantas y tantas cosas que tuve la oportunidad de vivir allí. El mejor lugar donde pasar los primeros años de vida es, sin duda, el campo. Las merendolas alrededor de una charca, subir árboles y riscos, la bicicleta hasta las 9 de la noche, las casetas de campaña a un par de metros de una pequeña hoguera. Luego llegó el voley, los campeonatos, las rodillas ensangrentadas por coger balones imposibles sobre el suelo de una cancha descubierta, la satisfacción del trabajo bien hecho. Un par de años de bachillerato bastaron para cambiarlo todo. De repente, todo se me quedaba pequeño. El viaje a Madrid se tornó inevitable, tan natural como cumplir los 17. Pasaron los años y encajé en la nueva ciudad como un guante. Ayer tuve que pasar por el pueblo, y me di cuenta de que todo había cambiado.
¿No han paseado nunca por zonas en las que todo son caras conocidas? Caminas hasta con cautela, no vaya a ser que te encuentres con gente que no deseas. Demasiados conocidos por kilómetro cuadrado. Para tu desconsuelo, te das cuenta de que, en realidad, tienes un miedo atroz a encontrarte con gente a la que debes una disculpa. Estupideces adolescentes vuelan en el aire y llegan a tu memoria con la fuerza de las verdades inapelables. Parecen ya anécdotas de una persona que apenas puedes reconocer, de una persona que fuiste y ya no eres. Sin embargo, hay que cargar con las responsabilidades. Fui yo, al fin y al cabo, quien erró. Mis más sinceras disculpas para todo aquel que tuvo que cargar con mi inmadurez adolescente.  Amigos, amigas, novietes y compañeras de equipo, disculpen mi inexperiencia vital, mi intolerancia hacia sabiduría ajena, mi repulsa hacia los sentimientos de sincero afecto.
¿Y a qué viene todo esto? Pues a que me gustaría que muchos de los que me escuchan miraran hacia atrás y reconociesen su culpabilidad en males de terceros. No hay nada de humillante en pedir perdón. Mou, querido Mou, si me estás oyendo, recoge mi mensaje. Vete, por favor, y, después de reflexionar, pide disculpas por todo el mal que has hecho a mi equipo.

lunes, 29 de agosto de 2011

Sin fútbol y sin amo

“Muy buenas tardes, retransmitiendo desde el bar Paquito.” Esta frase, que parece sacada de un programa de humor, o de una radio de pueblo, es la que van a poder oír en alguna emisora a partir de ahora. El fútbol últimamente no hace más que darnos disgustos. Primero huelga, totalmente justificada, pero huelga, al fin y al cabo. Medio país estaba al borde a un ataque de nervios por el comienzo de la Liga. Comiéndose las uñas hasta los codos esperábamos la resolución. Ahora hay Liga, estupendo, pero no dejan retransmitir a las radios. Las acreditaciones de prensa dejaron, de repente, de tener validez.
La Liga de Fútbol Profesional se niega ahora a dejar que la gente siga escuchando, como se ha hecho toda la vida, los partidos en la radio. Excepto si pagan un canon de entre 1 y 3 millones (según marca.com) de euros, claro. Un canon que me recuerda peligrosamente a la SGAE. ¿Tienen que pagar ahora los periodistas deportivos derechos de autor por retransmitir el arte del fútbol? Tiene co… cosas la Liga.
La radio retransmite partidos de fútbol desde que es radio. ¿A quién demonios se le ocurre ahora que es momento de comercializar los derechos radiofónicos de los clubes? Además, ¿qué ocurre con las personas invidentes? No creo que nadie se haya parado a pensar en ello. La radio describe los partidos de una forma muy diferente a la televisión. Da detalles que para los telespectadores se obvian. Es la única manera que tienen estas personas de disfrutar ampliamente del deporte rey. Pero nada, la Liga se pasa determinados aficionados por el canon.
Todos los periodistas deportivos unidos para no pagar una cuota abusiva. Desde el bar unos, otros desde la redacción. Ambos supeditados a los encuadres televisivos. Algunos osados pagan la entrada como cualquier aficionado y, sin cabina que permita una buena locución, sacan el móvil para entrar en antena. Todos unidos contra los abusos a nuestra profesión.

viernes, 26 de agosto de 2011

Gadafi, cruel dictador


Ahora Gadafi es un cruel dictador. ¿Y estos últimos 40 años? Fue el mismo dictador, pero nadie se preocupaba por ello. Tiene lugar una guerra civil y ahora Gadafi es malo malísimo. Mucho tiempo de fotografías con políticos de países que hoy, de repente, se despiertan y piensan, tras un breve lapsus de 4 décadas, que Gadafi es un asesino de gente inocente. Medios de comunicación siguen esa línea como si el espíritu santo les hubiera revelado la verdad vía satélite. Como si la realidad no hubiera estado ahí siempre, sin voz, sin televisiones y sin radios.
Deberíamos plantearnos el por qué, por qué sin previo aviso todos los dictadores se vuelven malvados a ojos de la ONU y la OTAN, como si jamás lo hubieran sido antes. El caso de Libia es el ejemplo más obvio. La ONU, saltándose a la torera todo el derecho internacional, manda a la OTAN para ponerse, nada más y nada menos, de parte de un bando en una guerra civil como la copa de un pino. Y en una guerra civil, señoras y señores, mata todo el mundo, un bando y otro. De hecho, uno de los dirigentes rebeldes ha señalado que, como se sigan cometiendo venganzas contra los gadafistas, dimite.
Pues eso, que los rebeldes también han matado. Ya sea su causa loable o no, que no lo pongo en duda, ni la ONU ni la OTAN tienen derecho, según sus propios principios, a inmiscuirse en una guerra civil apoyando a un bando que intenta liquidar a otro. En primer lugar, lo que deberían haber hecho es probar con la solución de forma pacífica y diplomática, cosa que ni intentó. En segundo, evacuar a los civiles que se ven inmersos en una guerra que no desean mediante corredores humanitarios. En ningún caso meterse de lleno en medio de una guerra en la que la sangre se paga con sangre.
Además, si nos metemos en medio de un conflicto para derrocar a un payaso estúpido como resulta ser Gadafi, ¿por qué no se hace nada en Siria? ¿Por qué de Yemen ya ni siquiera se habla? También tienen dictadores capullos que no dejan expresar las reivindicaciones de la población. Sin embargo, la ONU y la OTAN miran de brazos cruzados. ¿Qué tenía de diferente Libia? ¿Por qué no se tardó ni medio segundo en actuar? Puede que sea el petróleo. Disfrazándolo de intenciones democráticas todo vale. Que no digo que las intenciones democráticas no sean legítimas, ojo. Pero, bajo mi punto de vista, es inmoral que los países ricos piensen en sus intereses económicos  en nombre de la democracia.

jueves, 25 de agosto de 2011

Marca una x en el calendario

Por favor, que alguien ponga una “x” en el calendario. Los dos grandes partidos de este país se han puesto de acuerdo en algo. Alabemos a la santa constitución. Aunque sea para reformarla. A los orígenes de la vida debemos remontarnos para recordar algo semejante. Cuando el ADN y algún tipo de membrana decidieron juntarse para formar vida, ocurrió algo parecido. Todos los demás elementos necesarios para que comenzara la historia de la biología en la Tierra podrían considerarse similares al resto de grupos políticos. No defiendo el bipartidismo. De hecho, me gustaría que la gente, los propietarios del voto, se tomaran la molestia de investigar sobre partidos alternativos a su estática posición de siempre.
A donde iba, que PP y PSOE han resuelto reformar la constitución e imponer un techo de déficit en época de bonanza. Alabado sea el entendimiento entre rivales.
Las grandes obras remueven conciencias. No sé si los ricos de las grandes empresas francesas lo hicieron por amor al prójimo o por vender imagen, pero pidieron que se le subieran los impuestos. Que los que más tienen, más paguen. Qué bonito.  En España, se vislumbra la posibilidad de que mañana se aborde la subida de impuestos a las grandes fortunas en el Consejo de Ministros. Sin embargo, tal como afirma Salgado, en estos momentos de la legislatura es un tanto difícil poner en marcha este impuesto. Nunca es mal momento para los buenos actos, pienso yo. Pero bueno, quizá tenga razón, tengamos fe en el próximo gobierno, sea rojo, azul, rosa o verde.
Lo que me llama la atención es que el actual, el socialista, el que lleva 7 años y medio en el gobierno, quitó el impuesto sobre las fortunas más altas en 2008. La razón: que se había convertido, según el partido de la rosa, en un impuesto para las clases medias. Es decir, comienza la crisis y le quitas los impuestos a las rentas más altas. Muy bien. Tiempito han tardado en asumir que debían paliar este error. Mientras, usted y yo, sin un duro en el bolsillo, hemos agonizado pagando unos impuestos que no duelen a los afortunados de los grandes chalets.
En fin, que lluevan las acciones de los filántropos franceses si así se mueven los españoles. Mejor tarde que nunca.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Lengua afilada


Ayer escuché una entrevista en radio que me llamó la atención. Un periodista que se ha dedicado fundamentalmente al humor hablaba sobre su trabajo. Tal como señaló, nuestro trabajo consiste, en muchos casos, en ser algo fastidiosos. Él lo declaró con palabras algo más fuertes, más contundentes. Sin embargo, por educación y por sutileza frente a pequeños y medianos que puedan escucharnos a estas horas y en verano, sólo diré la palabra “tocanarices”. Nos dedicamos a meter el dedo en el ojo. Pero no literalmente, claro. Las grandes hazañas de Mou quedan fuera de mi alcance y dentro de lo que considero mi vergüenza.
Pero sí, en ocasiones las verdades dichas en alta voz meten el dedo en la llaga. Aún así, creo firmemente que las verdades hacen falta. Caen como agua de mayo en aquellos que sospechan del mal funcionamiento de la sociedad. Hace poco hablaba con alguien sobre el equilibrio entre el buen rollo y las verdades. Yo creo que el equilibrio está en que la persona afectada por las verdades se las tome con deportividad, y no en que intente negarlas a los demás y a sí mismo. Hacen falta más tocanarices en el mundo.
Me comunicaron unos días atrás que mi lengua se afiló hasta cortar la hipocresía. Si soy franca, me alegro. Significa que algo estoy haciendo bien. Existen muchos a los que las verdades no gustan. Pero muchos más que, aún sabiéndolas, prefieren callarlas, como si tratara de un preciado tesoro que no quieran compartir por la división de la ganancia. Mi misión en este editorial, y en mi vida, no es agradar. Prefiero el debate al agrado hipócrita. Si decir la verdad conlleva crear alguna tensión, la prefiero a morder una lengua que, de afilada, se cuela entre los dientes y sale sin mi permiso.
No digo que la vulgaridad o la grosería deban imperar a sus anchas por las calles. Pero la elegancia de una verdad bien dicha sólo es superada por la valía de quien la dice.

martes, 23 de agosto de 2011

La humanidad que nos parió

Peliagudo el tema que procedo a tratar. Tan peliagudo como alerta quedaron los pelillos de la nuca al saber que ETA pensaba, hace ya algún tiempo, poner bombas en la zona d las Torres Kio, zona por la que, día tras día, me veo obligada a transitar para ir a mi residencia universitaria. Pero claro, según la banda terrorista, sus miembros se dedican a matar símbolos, no personas. Yo, hasta donde tengo entendido, soy persona. Pero si llego a pasar por territorio comanche en el momento equivocado ahora no sería ni persona ni nada por el estilo. Se consiguió encontrar el zulo antes de la catástrofe gracias a la pericia de las fuerzas de seguridad. Si no hubiera sido así, una que está aquí podría haber estado allá, donde ningún editorial puede leerse para ser escuchado.
Me alegré franca y profundamente cuando Sortu no consiguió pasar la barrera del supremo. No soy antidemócrata. Los que me conocen saben que se trata de todo lo contrario. Pero un partido cuyos integrantes no condenan de forma rotunda el terrorismo no tiene para mí una mísera consideración. El nacionalismo extremo y estúpido no lleva a ninguna parte. ¿Por qué no se sienten españoles? ¿Son acaso mejores que los que sí lo somos y nos consideramos? ¿Son de una raza diferente? ¿Quieren comenzar una limpieza étnica hitleriana? En una época en la que el mundo debe abogar por el multiculturalismo y echar abajo las fronteras, en España aún vivimos en un regionalismo absurdo. ¿Sería yo menos española por decir que no lo soy? ¿Qué es ser española? Yo no voy con peineta y traje de flamenca por ahí. Aún así, no me avergüenzo de haber nacido en territorio español ni de decirlo abiertamente si me preguntan. Soy tan canaria como española. Tan española como europea. Y tan europea como hija de la humanidad que nos parió.
Bildu, un partido que ha salido a la palestra por una única razón, la cogida de cataplines que le hizo el PNV al gobierno, y, por ende, la cogida de cataplines del gobierno al constitucional; repito, Bildu no merece más respeto que Sortu en tanto que no condena la violencia de forma rotunda. Los amagos con ETA, que  contigo que sin ti, los escurridizos lamentos por las víctimas y  el apoyo a los presos resultan abominables.
Soy Laura,  firguense, canaria, española, europea y ser humano. De todo, esto último es lo que importa.

lunes, 22 de agosto de 2011

La gordura es hermosura


En Canarias somos lo más. Los más parados, los más obesos y los más orgullosos de ser como somos. Mucha chica de las islas dice, al viajar a por tierras peninsulares, que los chicos guapos están aquí. Pues nos gustarán los regordetes, digo yo. La piel morena tira aunque este precedida de una capa considerable de grasa. Una que ha andado por la península tiempo suficiente como para tener conocimiento de causa piensa que no. Lo siento, chicos, en Madrid existe tal mezcla de gentes, tal cantidad de gente que, por fuerza, hay más guapetes que por las islas. Aunque sobre gustos no hay nada escrito, eso está claro. Porque a la percepción del atractivo de un joven apuesto hay que sumarle, bajo mi punto de vista, el de un interés mayor por la vida que el de tunear el coche. Y en Canarias, con un índice de fracaso escolar de aúpa, existe un plus de dificultad en la búsqueda del hombre ideal.
Muy pocos con los que se pueda hablar abiertamente de la guerra civil de Libia sin que te mire como si fueras un bicho raro. Sí, guerra civil, porque en Libia es lo que se ha vivido. Aunque la ONU quiera pintarlo de color de rosa, alzando la mano en nombre de la democracia. ¿Qué ha hecho Occidente en estos 40 años contra los crímenes de Gadafi? Absolutamente nada. Sacarse fotos con el que hasta hace nada era líder libio era la moda. Tener buenas relaciones con Gadafi estaba de moda. Pero toda moda pasa de moda. Y como los pantalones campana y las plataformas, el millonario poderoso se vio fuera de las pasarelas en menos que canta un gallo. La ONU tuvo que renovar su vestuario para no dejar de ser cool. O de parecerlo, más bien, porque, para los que piensan como yo, aunque la mona se vista de seda…
No sé qué opinarán las oyentes. Creo que debemos dar una mayor importancia al fondo de las cuestiones, y de los hombres. Los musculitos pasaron de mi moda quinceañera hace ya tiempo. Aunque nunca viene mal alguien medianamente atractivo. Pero como nos solemos enamorar de los defectos, más aún que de las virtudes, pasamos un tupido velo sobre los agujeros físicos e intelectuales que puedan, en un determinado momento, dar ganas de ahogar al acompañante. Al ablandarnos el gesto y el carácter con un beso, ya no podemos competir con la lógica razón cuando la oxitocina, hormona del placer y del amor, se adueña de nuestro ser.

viernes, 19 de agosto de 2011

Con porras y a lo loco


Todos tenemos derechos. Unos se respetan más que otros. A unos se les respeta más que a otros. Sin embargo, todos tenemos derecho a decir lo que pensamos.  Pero, a ojos vista está, que los católicos tienen mayor derecho que los que se consideran ateos o agnósticos para hablar en este país. Patética me parece la actuación policial contra la manifestación laica en Madrid. Los peregrinos que vienen a ver al Papa, a lo cuales respeto, no sufrieron ninguna carga. Ellos pudieron exponer sus ideas, vitorear al Papa y animar a una institución que cree la homosexualidad una enfermedad o el aborto un pecado.
Adelante, ellos mismos. Nadie llegó con porras y mala leche a echarlos por sus ideas. Ahora, llegan los laicos y hala, fuera de allí. ¿Alguien vio las imágenes de la carga policial? Lamentable. Cosas que se veían en el franquismo aún no están del todo desterradas.
Si me encontrara entre el grupo de gays, lesbianas o transexuales y me llamaran enfermo mental por toda la cara, yo sí que le habría dicho un par de cositas bien explicadas a su santidad. El hecho de besarse frente a los que les insultan con la sola mirada puede verse como una provocación. Lo malo es pensar que el beso de dos personas que se aman es una provocación. Es una evidencia de libertad sexual. Algo que yo veo tan normal como los coches que pasan por el Paseo de la Castellana. Algo que, a ver si los católicos lo entienden, da fe (y nunca mejor dicho) de la salud de una sociedad madura.
Pero es evidente que de madura nuestra sociedad no puede presumir. ¿Por qué diablos se desaloja a los laicos y no a los que, de forma libre, expresan su religiosidad? No estoy diciendo que haya que sacar a manporrazos a los católicos, sino todo lo contrario: que los ateos tienen el mismo derecho a estar ahí que ellos. Debemos construir un país en el que se respete cualquier religión, así como cualquier “no religión”. 
Yo mientras sigo con mi ciencia, la única que me permite el lujo de la duda, llamándola hipótesis, y la certeza de que todo puede cambiar.