martes, 6 de septiembre de 2011

Tasas y gastos de gestión

Muchos se preparan ya. Libros nuevos, carpetas, libretas, bolígrafos. Yo jamás he podido evitar la tentación de oler las páginas de una obra acabadita de comprar. Algunos se ríen de mí, pero sé que en el fondo ellos también lo hacen cuando nadie los ve. Siento ser pesadita con septiembre. Sé que no es grato de recordar la vuelta a la rutina, pero debemos tomarla de una manera distinta. Es el comienzo de un nuevo período, y hay que comenzar con ganas. Nuevos proyectos, nuevas asignaturas, nuevos compañeros. Los cambios siempre dan una nueva oportunidad.
A mí también me toca. A principios de octubre, vale, pero me toca. Y desde hoy me planteo cada preparativo. El primero, claro está, la matrícula. El segundo, el billete a Madrid. Y sobre este tema me gustaría hablar hoy. Qué alegría al entrar en la página de vuelos baratos. Por  18 euros dicen llevarme a la capital. Genial. Meto mis datos y elijo la forma de pago. Siguen apareciendo esos 18 euros. Antes de aceptar la compra final, reviso los datos. Y qué sorpresa la mía cuando el precio ha subido de 18… ¡a 42! Algún error, pensé. No me han aplicado el descuento de residente. Seguro. ¡Pero si he comprado en esta página un millón de veces! Después de varios intentos me decido a preguntar en atención al cliente, donde me confirman lo que no quiero oír. Esos 24 euros de más se deben a tasas y gastos de gestión.
Es decir, el billete en sí, el vuelo, es en lo que menos te gastas. Si no recuerdo mal, esa indispensable subida del precio jamás había sobrepasado los 10 euros. Ahora 24. Muy bien. Si en realidad la culpa no es de las compañías aéreas, sino de la legalidad vigente que les permite esa desorbitada cantidad por gastos de gestión. Así como, claro está, les permite no poner desde el principio el precio final, lo cual, creo yo, sería lo suyo.
Ensimismada en mi cabreo aéreo, entro en la guagua. Después de fracasar en la ardua tarea de que el chófer responda a mis buenos días, procedo a pagar. 10 céntimos más que el día anterior, por cierto. Hoy no es mi día. Los sueldos no suben, pero todo lo demás sí. ¿Cómo no indignarse? Que viva el transporte público en estas islas…

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